manuel moreno
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Panorama Artistico

 

En el arte como en la vida es conveniente separar el grano de la paja, y más en una época donde ambas son continuamente mezcladas por predicadores de una religión que parece no tener fronteras. Esta es la razón por la que traemos, en esta ocasión, una obra de Manolo Moreno, a fin de contribuir a esclarecer un poco más el panorama artístico actual.

Como la página obliga, esbozare a grandes rasgos una trayectoria artística que recorre exposiciones individuales y colectivas realizadas dentro y fuera de nuestra Comunidad Autónoma, tanto en entidades públicas como privadas; su pertenencia a importantes colectivos artísticos como el Grupo Sombra o el Grupo Artivel; pasando por inauguraciones en Andorra, Reykjavik. o Alemania; así como su faceta de ilustrador que le ha llevado a colaborar en revistas culturales como. El Maquinistas de la Generación, Litoral y varios libros de poemas.
 

Su plástica, a modo de generalidad, tiene como rasgos fundamentales la capacidad y el talento de invitarnos a mirar. A mirar detenidamente, a mirar de cerca y de lejos, a mirar despacio, a descubrir los secretos de la pintura, a recrearnos, a detenernos, a morar en ella. Es fácil aprehenderla al primer acercamiento –como dice Gaya Nuño-, lo que no es poco en unos momentos donde resulta difícil quedarse y mirar cualquier obra sin que nos produzca indiferencia, aversión, hastío o aburrimiento. Este rasgo tan importante no oculta otros que, en relación con aquel, individualizan su producción artística. El atractivo de Arquitexturas reside en su inmemorialidad, parece tener el autor vocación histórica y taumatúrgica. Es claro el referente del papel, reciclado por él mismo, que a modo de pergaminos sirve de soporte, así como las inscripciones manuscritas realizadas con letra pequeña y bien trazada, casi caligráfica. Evidente resulta su primitivismo cuando deja reposar, e incluso flotar, sus cifras en una superficie rugosa y estriada. La modelada franja orgánica fronteriza a la grafía y la pequeña esfera, tienen una clara conexión metafísica, mientras que los pequeños signos estelares, expresivos, vivos, llenos de color y referencias mironianas, están intuitivamente esparcidos por la superficie. Las huellas en el papel, las transparencias y los medios tonos, conviven con el ritmo cuasi musical de sus alegóricas imágenes.

No hay cesura entre el idealismo del autor y su apego a lo visible, la disposición de todos los elementos sobre el espacio plástico así lo manifiestan. Es cierto que su obra está en relación con la abstracción lírica, pero también es verdad que hay palabras y mensajes que lo concretan. Y en este juego pictórico Manolo Moreno favorece un vinculo de emociones donde él pinta los paisajes que sueña, y nosotros al mirar descubrimos lo que ha soñado, porque como argumenta el médico y escritor Británico Oliver Sacks, si nos privaran de soñar sencillamente enloqueceríamos.


 


 

Bernardina Roselló David

Historiadora del Arte

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