Utilizo las letras como un medio más en la creación de una obra artística, y las grafías como un concepto más en la creación de una obra pictórica o escultórica

LARA MARTÍNEZ .        (SEVILLA)

«Utilizo las letras como un medio más en la creación de una obra artística, y las grafías como un concepto más en la creación de una obra pictórica o escultórica», explica el artista Manuel Moreno.

El arte en la palabra, la palabra en el arte. Amante de la poesía, la literatura y la música, defiende la obligada interrelación existente entre las diferentes disciplinas, donde unas beben de las otras: «Crear partiendo de algo tangible, como un bodegón, no me dice nada». En su muestra «Palabras», espera que «el cuadro se lea como un relato; que en él se lea un sentimiento, que transmita más allá del simple significado de la palabra en concreto a la persona que se acerque».

Flujo imprescindible

Inútil resultará al visitante entender frases incluidas en las piezas pictóricas. Son ilegibles porque no son ya palabras en sí «son mis movimientos al escribir esos pensamientos; inicialmente, en el momento, al crear, escribo las impotencias que me genera el cuadro, me estoy peleando con él...pero soy consciente de que no se pueden leer después; aunque lo intenten con lupa». Para Manuel Moreno, en la relación con el cuadro debe existir comunicación, un flujo o retroalimentación que debe permanecer vivo: «él empieza comunicándose conmigo; luego, discutimos, nos peleamos hasta acabar en la reconciliación». Donde sí resulta fácilmente legible cada palabra es en el apartado fotográfico. Sin embargo, ahora el juego es otro. Frases cortadas, sin principio ni final, que permiten al espectador imaginar toda una historia cuando el subconsciente intente cerrar lo inacabado, «es fotografiar a alguien mientras habla; no captas las frases completas...tienes que imaginarlas por tu cuenta». Rescatadas de libros conocidos, fueron todo un detonante en la inspiración, evolucionando «antes de crear, durante y después». Tantos años dedicado a la pintura y el dibujo, es la primera vez que expone fotografía. Dado el tema, este malagueño pretendía separar la muestra en secciones: cuento, relato, poemas... No ha podido ser.

En su quinta exposición en Sevilla incluye, además de la pintura y la fotografía, botijos con caras dibujadas, «para mí, el dibujo es la base en el arte; primero, dibujo los pensamientos; traduzco el texto (melodía, parábola o sentimiento) que quiero pintar o esculpir en dibujo; luego, traduzco el resultado en pintura; parto de ellos para elaborar la obra final».

Metas cumplidas

Admite su pasión por «los retos; soy autodidacta pero creo que tengo recursos; no me siento encasillado y, para mantener esta idea, me lo demuestro con cada meta que consigo». Completa la exposición que acoge la galería Concha Pedro una colección de esculturas realizadas con tubos de pintura, alambre y piedra. Se trata de pequeñas cajas donde muñecos han sido congelados en, de nuevo, un instante.

«Espero que inspiren al espectador a crear historias de qué pasó antes en ese pequeño mundo y qué ocurrirá después». En cuanto a sus piezas escultóricas, también son una traducción de un texto ya que «asocio las palabras al movimiento; en este aspecto, transformo el tubo en cuerpo humano lo que facilita la comunicación del texto traducido». Una de sus pretensiones es que el espectador se implique pues «sería interesante saber qué le produce o transmite cada pieza, incluso si le repugna; me ayudaría mucho siempre que le saliera natural, sin presiones ni obligaciones; lamentablemente, son pocos aquellos que se acercan a contarte sus impresiones».